Valerie Rosario

Valerie Rosario, una joven de 23 años, ha sido condenada a una pena de 8 años de prisión después de admitir su culpabilidad en un violento secuestro que tuvo lugar en Nueva York en el año 2022, un acto que puso en peligro la vida de la víctima.

Durante la audiencia, la jueza Felicia Mennin calificó el crimen como "atroz". En junio, Rosario se declaró culpable de intento de agresión y secuestro, después de atraer a un hombre que conoció a través de Instagram y concertar un encuentro en El Bronx.

En ese lugar, la víctima sufrió un calvario de 24 horas a manos de un grupo de individuos sádicos, quienes exigieron un rescate de $100,000 en una llamada por FaceTime a su hermano en febrero de 2022.

La jueza Mennin expresó su indignación al afirmar: "No había presenciado una serie de hechos tan atroces en mucho tiempo". Además, agregó que lo que le ocurrió al hombre fue "absolutamente reprobable" y que las personas en una sociedad civilizada no deberían cometer actos de esa naturaleza.

Rosario sorprendió al tribunal al anunciar inicialmente que deseaba retirar su declaración de culpabilidad y despedir a su abogado, lo que la expondría a un posible juicio y una condena de hasta 25 años de prisión.

Sin embargo, poco después, reconsideró su decisión y mantuvo su acuerdo con la fiscalía. Según los fiscales, Rosario persuadió al hombre, un completo desconocido, para que se dirigiera a un apartamento en Marble Hill Avenue después de conectar en Instagram.

El ataque fue motivado por la exhibición de dinero en la cuenta de Instagram de la víctima. Una vez en el apartamento, Rosario y sus cómplices desnudaron al hombre y lo colocaron en una bañera, donde le arrojaron sustancias inflamables y lo prendieron fuego en todo el cuerpo.

También lo agredieron con un arma blanca, causándole heridas en las piernas, la espalda y el cuerpo. Cuando los secuestradores llamaron al hermano del hombre secuestrado, la policía pudo rastrear a uno de los sospechosos.

Este individuo fue encontrado en Queens aproximadamente 24 horas después del secuestro, atado y amordazado en la parte trasera de una camioneta, luchando por su vida. Sufrió múltiples quemaduras y heridas de arma blanca en la cara, el cuerpo, la espalda y las piernas, y recibió tratamiento en un hospital.

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